Alberto Leiva

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El viaje

El viaje

Todos necesitamos un viaje para cambiarlo todo, y en esta ocasión todo empezó en Vigo, tomándonos un «batido» donde lo que menos importaba era su sabor, simplemente era el «batido perfecto». En la radio del local sonaba «Vine del Norte» de Ismael Serrano, y al terminar el último trago nos fuimos a Barcelona donde creamos un montón de «recuerdos» bonitos, ya sabéis, de esos que te hacen sonreír y te llenan de ganas de querer volver, pero fue una visita tan express que ya nos teníamos que marchar. En la radio del coche sonaba «Your Song» de Elton John, y aunque no nos dijimos nada por el camino, éramos felices. Llegamos a Sanlúcar de Barrameda y sólo bajarnos del coche se nos erizó la «piel» desatando los sentidos. En tan sólo un segundo nos empapamos del encanto de Cádiz, nos miramos y empezamos a cantar «El Trato» de Alejandro Sanz, nos esperaba nuestra próxima parada, tan solo veintiséis kilómetros de camino y no teníamos tiempo que perder. Llegamos a Jerez de la Frontera cuando ya había salido la «luna», y es que esa noche tocaba en directo La Niña Pastori y queríamos escuchar «Cai», lo mejor de todo es que llegamos justo en el momento en el que empezaba a cantarla. Dormimos un rato para reponer fuerzas y nos fuimos en dirección a nuestro próximo destino, esta vez Baiona, queríamos disfrutar el «verano» a todo tren, sin perder el tiempo mientras cantábamos una y otra vez la posible canción del verano, «Un Beso de Improviso» de Ana Mena y Rocco Hunt. Tras unas horas de descanso nos fuimos a Valencia con la «esperanza» de comernos una paella, pero llegamos tan cansados que lo único que hicimos fue quedarnos dormidos abrazados mientras sonaba «Shallow» de Lady Gaga y Bradley Cooper. Nuestra próxima parada era en Aranda del Duero, que aunque no tiene «mar», tiene todo lo necesario para sanar nuestras ganas de seguir en este viaje de locos sin descanso, «Infinito» de Bauer sonaba en nuestras cabezas y sin pensarlo ni dos segundos nos fuimos a Ciudad de México. Al llegar la emoción nos hizo «vibrar», tras varios tacos y algunos tequilas «All of Me» de John Legend nos llenó de ganas de ir a nuestra próxima parada. Teníamos ganas de volver a Barcelona, está vez para ver las «estrellas» desde el Tibidabo y mirarnos a los ojos al descubrir a la vez la «Estrella Polar», nos reímos y empezamos a cantar la canción de Leiva. Nos entró un antojo tonto y nos fuimos a Burgos a tomarnos un «daiquiri» de fresa, Vetusta Morla nos acompañó con «Maldita Dulzura» y nosotros cantándola a gritos como si no hubiese un mañana. Tuvimos que volver a Barcelona porque nos dejamos una mochila en el Tibidabo, aprovechamos para tomarnos una «cerveza» y escuchar «Otro Bonito Final» de Los Rebujitos y La Húngara.

No había tiempo para descansar y nos fuimos a Gumiel del Mercado, donde nos tomamos un vino de bodega «infinito» y una tabla de quesos mientras una chica cantaba «¿Cómo Pagarte?» de Carlos Rivera. Volvimos a Vigo donde sonó nuestra «canción», «Destino o Casualidad» de Melendi. Íbamos a partir hacia nuestro próximo destino pero todo se torció y tuvimos que quedarnos un día más, no pasó nada, nuestra «resiliencia» siempre nos hace salir más fuertes, y además en la radio sonó Leiva con «Como Si Fueras a Morir Mañana» y nos vinimos arriba. Tan arriba que nos tomamos al pié de la letra «Eres Aire» de Funambulista y nos fuimos a México a disfrutar de su «música», nos encantan las rancheras. Después nos fuimos a Meaño y nos armamos de «paciencia» escuchando «Cero» de Dani Martín. La siguiente parada fue en Córdoba y ahí confesamos nuestro «amor» mientras nos reíamos escuchando a Melendi y su «Colgado de la Vecina». Seguidamente nos marchamos a Leganés donde reforzamos nuestra «empatía» en un bar de los ochenta con Bon Jovi de fondo cantando «It´s My Life». La siguiente parada era Girona, teníamos la necesidad de reencontrarnos con una gran «amistad» que hacía demasiado que no veíamos, nos regaló una camiseta de Bruce Springsteen con el título de nuestra canción favorita «Hungry Heart». Continuamos nuestro viaje y no sé si fue el «destino» o la casualidad pero volvimos a Córdoba al ritmo de Vanesa Martín y su alguien que sepa «Frenar Enero». Al poco volvimos a la carretera, esta vez tocaba Tarragona, y lo cierto es que ya teníamos mucha «complicidad», descubrimos «El Motivo» de Maka y nos encantó. Nos marchamos nuevamente pero esta vez sin rumbo y tuvimos que parar en Madrid para «respirar» mientras escuchábamos a Eros Ramazzotti y su «Più Bella Cosa». Tras el breve descanso llegamos a Ponteareas cuando estaba amaneciendo y nos tomamos unos «cereales» que estaban riquísimos, el local estaba muy bien ambientado y Dani Fernández nos cantaba por el hilo musical «Bailemos», y ganas no nos faltaron, pero teníamos el estómago demasiado lleno. Seguimos hasta llegar A Coruña y vimos a Andrés Suárez cantando «Ya Verás» de Funambulista y dijimos a la vez —que «riquiño»—. Tras el directo nos fuimos a Granada y  vimos a una pareja discutir sobre la «verdad», y es que con ella uno sigue «Siendo Uno Mismo» como dice la canción de Manu Carrasco. En ese momento pensamos en lo rápido que se nos va la «vida», y sin darle muchas vueltas nos fuimos al aeropuerto más cercano y cogimos el primer vuelo sin mirar hacia donde iba, nuestra sorpresa fue al descubrir que nos íbamos a Suardi, Santa Fe, allí pudimos escuchar «Con Sólo Una Sonrisa» de Melendi versión tango, fue genial.

Nuestro viaje aún no había terminado y volvimos a Madrid, nos subimos a un taxi y el conductor nos puso «Amor de San Juan» de La Niña Pastori, una canción «inmarcesible» como nuestros beso cada vez que la escuchamos. Pensamos en nuestro próximo destino y todavía no sabemos porqué, pero «Tiroteo» de Marc Segui y Pol Granch nos llenó de «sueños» que nos llevaron a Murcia. Después nos fuimos a Córdoba creyendo que lo nuestro era «eterno», que sería para siempre, nada ni nadie podría detenernos, que éramos como la canción de Maka un «Capricho del Destino». Felices y con ganas de comernos el mundo nos fuimos a Tomiño donde me perdí una y otra vez en tu «perfume» al ritmo de «Benijo» de Andrés Suárez. Volvimos a Madrid y tu «mirada» me hizo cantarte «Que Bonito es Querer» de Manu Carrasco, y no sé porqué, pero empezó a llover. Recogimos todo y nos pusimos rumbo a Cáceres donde nos sorprendió el «amanecer», tan bonito como «Polvo de Mariposas» de Vanesa Martín. Nos llenamos de «ilusión» y nos fuimos a Sax, esta vez sí que nos comimos una paella mientras un joven inglés cantaba «Nothing’s Gonna Stop Us Now» de Starship.

Terminamos nuestra aventura en Burgos dándole «gracias» a la vida por dejarnos realizar este viaje. Esa noche tocaba Leiva y queríamos escuchar «Superpoderes» en directo.

Alberto Leiva