Alberto Leiva

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Una cena inesperada en el restaurante Grosso Napoletano

Una cena inesperada en el restaurante Grosso Napoletano

Grosso Napoletano


Esta semana está siendo un auténtico infierno. Mi jefe cada día es más insoportable. Hoy la ha tomado con el chico nuevo de prácticas, nunca me acuerdo de su nombre, sé que empieza por Ja… Jai… Jav… nada, yo siempre me dirijo hacia él evitando nombrarle. Sé que es algo feo y que debería saberlo, pero no va a durar mucho en la empresa, como tantos otros que pasaron en los últimos diez años. A veces pienso que el jefe solo los contrata para gritarles y así liberar la tensión del día a día. Muchos no aguantan ni una semana, como aquel con pelo largo que al tercer grito, le llamó de todo y le dio una patada en la tibia al jefe. Cogió sus cosas y se fue. Recuerdo que ese día todos nos giramos a la vez y vimos la escena, más de uno no pudimos evitar reírnos al ver al ogro en el suelo frotándose la pierna y gritando con la la lagrimilla en el ojo.

Ya son las nueve de la noche y mi estómago empieza a rugir como un león enfurecido. Por suerte, al bajar de la oficina hay un restaurante nuevo que inauguraban hoy. Al acercarme, una chica me entrega un papel de publicidad en el que pone: «Restaurante Grosso Napoletano, la verdadera pizza artesana Napoletana. Entra y prueba nuestra pizza Hellboy edición limitada, solo hasta el 12 de mayo.»

Pues no se hable más, es viernes y me apetece cenar algo rico. Por suerte, al ser todavía las nueve, hay poca gente haciendo la cola para entrar. Un camarero me lleva a mi mesa y me recomienda la nueva Pizza Hellboy que anunciaba el papel publicitario. Me dice que fue creada junto al ganador del premio Pizza of the Year 2023, Paulie Gee. Es Una pizza con base de tomate San Marzano, mozzarella fiordilatte, soppressata piccante, parmigiano-reggiano y un toque final de Hot Honey.

Acepto la propuesta y a mayores me pido el entrante: Provola Affumicata, que es una cazuela de queso ahumado fundido, preparado en horno de leña con salsa de tomate San Marzano, orégano y albahaca. Acompañada de su increíble focaccia.

Al rato y por casualidades del destino, entran a la vez en el local, pero por separado, mi jefe con su mujer y detrás, el chico de melena que estuvo de prácticas acompañado de su novia. Parece que la cena se va a poner interesante. Los camareros los sientan con una mesa de separación, donde hay una pareja joven compartiendo su cena con mucho amor. Yo estoy justo detrás de ellos, a la distancia perfecta para no perderme ni un detalle.

PROVOLA AFFUMICATA

Justo en este momento llega mi entrante, con una pintaza y un olor increíble. Justo a tiempo para disfrutar de esta película. Nunca pensé que mi viernes mejoraría tanto. Cojo un trozo de focaccia y lo sumerjo en esta cazuela del deseo, impregnando la masa con la mezcla del queso y el tomate. Al meterla en la boca se encienden todos los sentidos, está exquisito.

Los dos ya se han dado cuenta de que comparten restaurante. El chico se está poniendo algo nervioso y mi jefe está incómodo, le conozco lo suficiente como para saber que está a punto de echar humo por la cabeza. La pareja del medio está en su propio mundo, se dan de comer el uno al otro con risas tímidas y alguna caricia. Son adorables.

Sin darme cuenta me he comido el aperitivo y sin tener que avisar a nadie, el camarero hizo acto de presencia con toda su educación y amabilidad, para retirar el aperitivo y dejarme la super pizza Hellboy. Sonrío, le doy las gracias y cojo mi primer trozo de pizza que huele espectacular.

Pizza Hellboy

Con el primer mordisco no puedo evitar cerrar los ojos, el sabor es impresionante, me encanta. Al rato empiezo a notar el picante como se agarra con todas sus fuerzas a mi boca. El punto perfecto para que cada mordisco sea un placer.

Me como la pizza lentamente mientras observo mi película improvisada. Mi jefe no le quita la vista de encima al chico, por experiencia sé que esto no va a acabar bien. No he conocido a persona más desagradable, maleducada, egoísta y un largo etcétera de adjetivos negativos. La mujer está incómoda y puedo escuchar como le dice que está cansada de su carácter y sus formas, que le está dando vergüenza y que por favor se comporte. Él le contesta alzando la voz que no piensa irse del restaurante, que ha ido a probar la pizza Hellboy y que no se va a ir sin probarla. Que por un niñato malcriado y melenudo no se va a mover.

Se va a liar, si es que era visto, yo mientras aquí estoy, comiendo mi pizza con la boca llena de picante pero sin poder dejar de comer está ambrosía. Para mi sorpresa, quien contesta no es el chico, sino su novia, que le dice que cierre el pico si no quiere comerse la pizza de un bocado. La mujer de mi jefe se gira rápidamente hacia la chica y con la cara transformada le dice que quién es ella para hablarle así a su marido.

En estos momentos ya no soy yo solo quien está viendo la peli, todos los comensales están mirando y comentando la situación, a excepción de la pareja joven, que siguen ajenos al mundo, en su burbuja.

Un camarero se pone en medio de la disputa y les pide que por favor se tranquilicen y si quieren cambiarse de mesa para estar más alejados. Las dos partes se niegan mientras muerden su pizza Hellboy. La situación es surrealista, tengo curiosidad por ver como acaba esto. Yo sigo con mi pizza que ya solo me quedan dos trozos.

De pronto, dos chicas entran y un camarero las lleva hacia su mesa, justo al lado de mi jefe, que se queda pálido. Una de las chicas le ve y se acerca a saludarle llamándole «amor». Su mujer se gira abriendo los ojos y la boca con cara desencajada al ver como la chica le da un beso en la boca a su marido. Se levanta a toda prisa escandalizada y tirando la mesa del sobresalto. La chica le pregunta a mi jefe quién es esa señora y porqué está con ella. Él tartamudea y no dice nada coherente. El chico de melena y su novia no paran de reírse. Yo ya estoy con mi último trozo de pizza en mis manos. —¡Soy su mujer! —dice ella gritándole a la chica. La cual le contesta que ella es su mujer y que él debería estar de viaje en New York.

No me esperaba para nada este giro de los acontecimientos. La mujer le da una bofetada a mi jefe con tanta fuerza que le deja un lado de la cara totalmente roja. Seguidamente se da la vuelta y se va. La chica hace lo mismo, pero del otro lado de la cara y se va. Él reacciona a los pocos segundos y se va detrás de ellas corriendo. En ese momento, el chico de melenas dice en alto: «ahí va Hellboy». Tras el comentario, todos los clientes del restaurante no podemos evitar reírnos.

Tiramisu

Justo con mi último bocado de pizza, apareció el camarero para traerme el postre, un tiramisú exquisito en sabor y textura. La pareja que estaba en medio del drama, ni siquiera se han enterado de lo que ha pasado, ahora mismo están compartiendo su postre. Yo termino el mío, pago y me voy a mi casa. Tengo curiosidad por saber como estará la cara de mi jefe el lunes por la mañana.

Alberto Leiva


(Colaboración con la cadena de restaurantes Grosso Napoletano. Este relato está creado en base a la nueva Pizza Hellboy edición limitada, disponible en todos los locales de España hasta el 12 de mayo de 2024).